El Día de San Valentín (14 de febrero) se celebra el amor y el afecto. Esta ocasión especial brinda la oportunidad de expresar tus sentimientos por alguien especial.
En nuestro cole nos queremos un montón y por eso lo hemos celebrado elaborando el bote de la amistad donde cada compañero ha ido poniendo qué cualidad es aquella que más le gusta de cada uno dentro de un corazón e introduciéndolo en su bote.
Por último las maestras nos han regalado una tarjeta de lo más original y deliciosa.
Comprometidos con la formación integral de nuestro alumnado, se ha desarrollado una actividad que consideramos VITAL en muchas ocasiones (y nunca mejor dicho).
Por ello, hemos recibido a Micot y Saray con mucho cariño. Ellos trabajan en CRUZ ROJA y nos han explicado cómo afrontar momentos que esperemos nunca se nos den. Desde cómo aplicar compresión a una herida a qué hacer en caso de atragantamiento o incluso practicar una RCP.
Ha sido un taller que seguro será el inicio de más porque nos ha parecido muy interesante y necesario.
Una historia sencilla y divertida, que introducirá a pequeños y a mayores en el fascinante lenguaje de las emociones.
Este monstruo se encuentra raro, confuso y aturdido, no sabe qué le pasa. ¡Está hecho un lío con sus emociones! Sin embargo, tiene mucha suerte, una niña sale a su búsqueda y le ayuda a salir del embrollo en el que se encuentra.
¿Qué emociones se trabajan en «el monstruo de colores»? – Alegría (amarillo). – Tristeza (azul). – Enfado o rabia (rojo). – Miedo (negro). – Calma (verde).
¿Qué enseña «el monstruo de colores» a los niños? El «MONSTRUO DE COLORES», mediante una historia original y muy divertida, enseña a los niños a:
Tomar conciencia de la existencia de las emociones.
Identificar las emociones: alegría, tristeza, rabia o enfado, miedo y calma.
Conocer la definición de cada una de las emociones.
Saber cuáles son las principales manifestaciones de cada emoción.
Reconocer cómo se sienten cuando tienen cada una de las emociones.
Aprender a gestionar y manejar las emociones exitosamente.
Un niño consciente de sus emociones, es un niño capaz de manejar y controlar la intensidad de las mismas para lograr una vida más equilibrada y feliz.
La escuela rural se configura como un medio fundamental para garantizar el acceso a la educación de los territorios rurales y constituye un elemento clave para el desarrollo social y la igualdad de oportunidades de la población en la que se encuentra ubicada.
Aunque durante muchos años las escuelas del medio rural han sido consideradas como centros pedagógicamente deficitarios, gracias a la lucha conjunta de docentes rurales y otros agentes sociales, desde finales del siglo XX, se ha conseguido revertir esa imagen hasta llegar a ser percibidas como instituciones educativas de gran valor.
El concepto de escuela rural es difícil de acotar por la diversidad de los espacios geográficos en los que se puede encontrar, pero, en general, podemos decir que las escuelas rurales son centros educativos públicos ubicados en núcleos pequeños de población. Cuentan con un número reducido de alumnos por lo que generalmente son escuelas unitarias con aulas multigraduadas en las que niños de diferentes edades y niveles de escolarización comparten el mismo espacio y tienen un único profesor. Habitualmente, están organizadas en Colegios Rurales Agrupados o agrupación escolar similar en los que escuelas de distintas localidades funcionan como un único centro y están coordinadas bajo la misma estructura administrativa, compartiendo propuestas educativas comunes, recursos y profesores.
La escuela multigrado supone un reto para los docentes ya que tienen que programar actividades con las que todos sus alumnos, independientemente de la edad que tengan, alcancen sus metas de aprendizaje y desarrollen sus habilidades sociales y comunicativas. Sin embargo, tiene también un gran potencial pedagógico y sus características ofrecen al profesor la posibilidad de llevar a cabo actividades innovadoras a través de metodologías activas y participativas.
Entre sus grandes ventajas se encuentra el bajo ratio de alumnos por clase que permite una mayor personalización de la enseñanza y favorece las relaciones afectivas entre docentes, alumnos y familias. Por otro lado, al haber varios cursos dentro del mismo aula, se considera que el aprendizaje es cooperativo entre niños de distintas edades y se favorece el sentido de la responsabilidad y del autoaprendizaje. Del mismo modo, se fomenta la convivencia y el proceso de socialización del niño. Todo ello sin olvidar su inmersión en el entorno en que se sitúan, así como el continuo contacto con la naturaleza.
Tampoco está exenta de amenazas como la despoblación de las zonas rurales que ha llevado al cierre de muchas escuelas desde los años 70, o la escasa presencia de la escuela rural en la formación inicial y permanente de profesores que ha dificultado que puedan formarse en las competencias necesarias para atender la singularidad y la diversidad de este tipo de centros.